Nos invadió un poco de tristeza al verla y mucha melancolía por aquellos días tan felices en los que, locos de alegría, comprábamos aquí y allá todo cuanto juguete veíamos y claro, empezó a "caer" al canasto alguna ropita. Lo normal, vamos.
Bien, como decía, Rubén, para hacerme reir, cogió a los pobres perros por banda, que son unos benditos. Con la gata, no pudo porque no se puede hacer carrera de ella, sin embargo, con Darko y Leo, tuvo la santa paciencia de vestirlos de bebés.
Estaban para comérselos y como no me he podido reprimir, he aquí un bonito ramillete de lo acontecido y sus resultados. Espero que os guste, a nosotros, nos encantan.
molaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarciiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminar