Tarde del dia 23 de Octubre, 2010. Son las siete y pico de la tarde y decidimos adoptar a Mafy, que apenas tiene unas semanas de vida.
Es un gatito negro, muy grandote para su "edad" Aparentemente, es cariñoso, no demasiado mimoso y cabezota... listo, muy vivo... ¡espabiladisimo! Es precioso y yo, simplemente, estoy encantada con el recien llegado.
Sus pequeños maulliditos de cachorro, llenan la casa de una alegria nueva, de promesas renovadas, de, ¡tantas cosas! Nunca pense que un animalito, me diera tanta alegria, tanta, que, me hizo saltar lagrimillas de emocion, cuando me fue entregado atado con un lazo azul a una rosa blanca, entre risas y nerviosismo de Ruben y yo...
Nos sentimos plenos, felices. Estamos llenos de amor y nos sobra para todos a manos llenas, asi que, la familia, decididamente, aumenta.
Proximamente, presentare "en sociedad" al benjamin de la saga, pero no podia esperar a hablar de el en este rinconcito a donde tantas veces, vengo a llorar y vomitar las bilis que muchas veces llevo dentro. Me apetecia hablar de alegrias, de cosas nuevas, de horizontes soleados...
Y de regreso a la realidad, fuimos a por un comedero para el, su comidita y un juguete personal y acorde a el, como siempre hicimos con todos, aunque compartira cunita (si, esa que no usa nadie y Mafy ha abordado) el parque de Mimo y todas las cosas... exactamente igual que siempre han hecho todos los animalitos que vienen a nuestras manos.
¡Bienvenido a nuestro hogar, Mafy!
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