Trufita Vs. "Pequeño Bob"

Y volvió, como era de esperar, aunque yo, no las tenía todas conmigo. Siempre he dicho que los gatos vuelven y Rubén, trataba incansablemente de convencerme de ello pero claro, cuando pasan los días (y eso que "solo" han sido tres) vas pensando que no la volverás a ver.. me sentía muy triste.

¡Pero ha vuelto! Rubén la oyó en la calle, lloriquear, la "valeiente" y aventurera ella... se conoce que echaba de menos los cuidados, mimos y atenciones que recibe aquí pero lo importane, es que aquí la tengo: cómodamente tomando el rayito de sol y como siempre, ocupando el lugar del perro, que es un alma cándida y siempre cede por ella y por todo el que llegue, ¡pobre!

Naturalmente, Bob, se queda, claro. Pensamos que puede ser de alguna familia de por aquí pero da igual, él se siente a gusto y yo tenía ganas de un cachorro en casa, aunque no pesaba en un cachorro de tigre precisamente, ¡jajajajajjajaja! A pesar de su tamaño, es muy dulce, tranquilo y noble. Parece que va integr´andose porque se acerca al oir el pienso, como los otros.

Como se puede apreciar, la diferencia, és notable. i bien las comparaciones son odiosas, sale ganando con diferencia "el peque". No hay más que ver su patita, en comparación con las de la niña, que, dicho sea de paso, se ha vuelto una dominanta del copón, aunque ya apuntaba maneras antes de su fuga.

¡Hola, Bob!

Se llama "Bob" por Bob Esponja, el personaje de los dibujos tan popular y que tanto nos gusta.

Apareció "de la nada" cuando Rubén y Darko paseaban por la tarde-noche, en busca de Trufa, comida en mano. Por cierto, no andará muy mal, ya que no ha salido al olor del pienso, de modo que estará feliz con los suyos.

Es grandote de cuerpo y sin embargo, apenas tendrá unos meses porque su paladar, aún es casi blanco; promete ser un buen mozo el chavalote. Su gorda y redondeada cabeza, pasea por nuestras manos apenas lo rozamos porque es muy cariñoso y ronronea al sentir los cariñitos.

Me gusta, es dulce suave, tierno... se hace querer... otro miembro más para la familia que si bien no viene a sustituir a la "niña" prófuga, sabrá buscar y encontrar su sitio, no le queda otra.

Estoy contenta, por mí, que me encantan lo gatos (cariñosos como este, me pierden) y por él, que ha encontrado en la noche, techo, comida y mucho amor.

"¡Aió, hazta webo!"

Hace ya dos días que Trufa se escapó por la ventana. Ya tenía ella ganas de marchar, ya.. Hacía bastante que no dejaba de mirar y maullar mirando por el balcón en el piso y, ahora, en un bajo, ya más accesible, viendo que tenía todas las posibilidades de correr por esos mundos, no dejaba de llorar a todas horas... lloraba sin cesar, con una tristeza infinita...

Feliz y resulta la hemos visto Rubén y yo, en una colonia de gatos cercana a casa y surge el dilema entre rescatarla de allí o dejarla vivir en libertad, junto a sus compañeros de especie.

Siempre pensé que los gatos, son de la calle, de modo que, con todo el dolor de mi corazón, ¿quién soy yo para ponerle barreras al campo? No puedo ver sus ojos, pero Rubén, me ha dicho que se la ve más dichosa de lo que nunca estuvo junto a noostros. Debe ser verdad porque cuando la hemos visto, no se acerca a más de un metro de distancia de nosotros.. nos mira, pero no se acerca. Le dejamos comida, y nada, no se acerca.

Hay una señora, que se acerca al lugar, para dejarles comida a diario a todos los gatitos que pululan por allí. Segun ella "tiene" varios y les alimenta con dedicación. Estará bien y si no lo está, la ventana sigue abierta, para que si así lo desea, regrese que nosotros, estaremos esperándola.

Darko, lo lleva mal, muy mal. Supongo que él no entiende por qué uno de nosotros, no está... de nuevo, otro miembro que ha partido hacia mejores y más divertidas peripecias, que es lo que tiene lo desconocido, que todo se antoja de lo más interesante para los ojos vírgenes de percepciones.

En un rincón de nuestra casa, una cuna, guarda celosamente, todo lo necesario para recibir a un nuevo "inquilino" ( ¿o quizàs nuevoS? ) Incluso, hemos hecho acopio de comederos pequeños "por si acá" bueno, en realidad, secretamente pensando en los posibles futuros cachorros de "nuestra niña" ¡quién sabe!

De nuevo junto al mar

Hacía mucho tiempo, años, que mis pies, no eran acariciados por las olas del mar. Hacía tanto, pero que tanto tiempo que, casi no me acordaba de la sensación que la dulce brisa marina, provocaba al contacto con mi cara. Hacía demasiado tiempo... tanto que, casi no recordaba el olor del mar, el sabor de su sal en mis labios que, salpicados por el tenue oleaje, dejaba en mi paladar.

Hoy he vuelto a conquistar el mar, verlo de cerca,¡Redescubrirlo! tocarlo, impregnarme de su aroma y hasta casi, me he atrevido a juguetear como una chiquilla, como aquella que se revolcaba en la orilla de las playas de Fuengirola en busca de aquellas coquinas que en vano buscaba... el mar... LA MAR, como la llamamos las personas que decimos farola a un faro... la mar... la playa... los chiringuitos y por supuesto, la cervecita y lo que se tercie, que se terciará.

Aquí no creo que asen los espetos de sardinas pero aquí, a pesar de los kilómetros que me separan, me baña el mismo mar de mi infancia, el mismo mar que me vio crecer.

Y mañana, si hace bueno, ¡me baño!