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Sutil, y no tan sutil, repaso por algunos pasajes de la vida cotidiana.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Hoy me siento estúpida

Bueno, hago otro intento de subir algún comentario a mi blog que en el día de hoy, me puede salir cualquier cosa absurda. Mi lente intraocular se opaca cada vez más y esta semana será la defiitiva para acudir a algún hospital con carácter de urgencia porque del oculista no me llaman y va más lento que el caballo del malo.

No me basta con el "zoom text" programa que Rubén me ha acomplado con la mejor de sus voluntades pero yo no acabo de ver con él, de hecho, a siete veces la pantalla, veo todo turbio y no se trata de agudeza, no, no, es como si todo y todas las letras estuvieran sucios. Cuando voy a algún sitio y tengo que esperar mi turno, no veo la pantalla de los números y cosas que antes veía con toda la facilidad, no las veo simplemente.

Echo de menos, el tener esa oportunidad de no depender de nadie. Aparte de vivir en un barrio nuevo y no conocerlo, tengo el problema que tengo que depender de Rubén para ir a la esquina y la verdad, cansa. Tengo pereza de ir a ninguna parte porque lo que en realidad me gustaría ahora que me encuentro mejor de salud, por la pérdida de peso, agarrar la puerta a la hora que quiera, de día o de noche, aunque de noche, hace mucho que no me atreva a salir sola... el caso es que ahora ya de día tampoco soy independiente.

No leer los carteles, no saber por donde voy, es un coñazo. Aunque en Barcelona, las calles están bastante adaptadas para que las personas con problemas de movilidad no tengamos grandes problemas, no se trata de eso, se trata de VER. Salir a coger el metro y pulular como una más aunque con las limitaciones que no hace tanto tiempo tenía.

Solo valoramos lo que no tenemos.

Rubén no entiende, quizás porque no se lo explico, mis frustraciones, pero ?qué le voy a contar que él no sepa? Estoy cansada. Esto es como cuando comes compulsivamente, que te dicen "ten voluntad" y no, un discapacitado NO puede hacer todo por muchas campañas televisivas que nos pongan.

Uno de mis grandes placeres, la escritura lo voy perdiendo, el otro, la lectura, lo fui perdiendo poco a poco por la pereza que me costaba el forzarme. Llegó internet y con las letras más o menos adaptadas a mi medida, se abrió ante mí un mundo que en mi entorno no pueden imaginar. De pronto, podía hablar de chaladuras varias frente a esta pantallita milagrosa.

Ahí llega Rubén, espero que no me levante de aquí y pueda seguir escribiendo porque siempre ocurre algo para no poder tener mi ratito. Cada vez tengo menos ratitos... Que no me quiero quejar, no, no, pero es que quizás estoy algo mustia porque estoy esperando que me llegue la menstruación, ese pan nuestro de cada mes, que te hace recordar que aún aeres joven, menos mal que alguna cosa buena podría tener.

Creo que me estoy rallando demasiado y no debería pero pienso que, me cuesta mucho sacar lo que llevo dentro, me cuesta tanto que ni aquí soy capaz de imprimir lo que siente mi corazón, por eso solo suelto quejas de mis dedos.

Y no, no soy infeliz pero tampoco puedo decir que en este momento me sienta plena. Están ocurriendo muchas cosas buenas en mi vida, si, pero otras que son gigantes contra los que no puedo luchar porque no sé y es que siento que, me voy introyectando en mí misma. No me comprendo, no me conozco, no conozco a la nueva Espe, aunque sí, controlo las riendas de mi vida porque ya nada me cierra la boca ni me ata las manos.

Últimamente, bueno, casi todos los días, sueño con la que fue mi familia. Esos seres que ahora me ignoran o tratan de ignorarme, como si nunca hubiese existido. Realmente para ellos ha sido así y he sido como una célula venenosa que se han quitado de encima de un plumazo.

A lo que iba: sueño con mi hermano Pablo, con ese con el que más. Es curioso porque este año, no me he acordado ni que fue su cumpleaños el cinco de septiembre. Tenía por costumbre llamarle. Un año, le llamé y estaba en China. Sí, es curioso, porque cuando estos últimos años me he sentado con él siquiera media hora, no hemos tenido ni de que hablar, cuando hemos tenido una infancia de estar muy unidos, tanto, que, se anteponía a mi padre cuando éste quería castigarme o algo, prefería que lo hicieran con él y me defendía a capa y espada. Éramos unos niños que, durmiendo en literas, nos dábamos la mano para dormir y !él dormía en la cama de abajo! Echo de menos que su hijo, no sea para mí como el resto de los sobrinos lo es para sus tíos y tías, y naturalmente, tengo toda la pena del mundo de no conocer a su hija que, a estas alturas de la película habrá venido ya al mundo, porque la última noticia que tuve a través de mi hijo akito, es que esperaban una niña.

Cosas que bueno, son el precio de la libertad, aunque con el tiempo, te das cuenta, que nunca llegas a ser realmente libre, siempre eres esclavo o esclava de algo y te debes a alguien.

Desprecio sobremanera el tufo que uno de mis perros desprende en la casa. Aunque se le saque 20 veces al día, tiene la fea costumbre de aderezar nuestras vidas con sus regalitos que va soltando por los rincones en forma de caquitas y pises que, muy a pesar mío, cada vez me son más insoportables.

Sí, hoy todo es quejarme y quejarme pero como digo, no sé, no puedo expresarme. La verdad, repito, ahora,en este momento, me gustaría tener la suficiente autonomía de poder coger las llaves de mi casa y salir a tomarme algo por ahí SOLA. Esto no quiere decir que con Rubén no esté a gusto, no, para nada, todo lo contrario, pero he vivido con mi soledad mucho tiempo y ahora la echo de menos... hemos sido tan fieles amigas...

Y no me voy a seguir rallando porque parece que todo lo que me pasa en la vida es malo y estoy dando una imagen de mí muy equivocada. Simplemente, estoy de bajón. Hoy, alguien, me ha dicho "GORDA" para mí las "palabras mágicas" y me encuentro en la disyuntiva que si como "queda feo" pero si no como, paso hambre. Debería alimentarme de nuevo con yogures y fruta y perder peso más rápidamente aunque dará igual, me seguirán llamando gorda. Con 80 kilos, también era una "gorda" incluso en una tienda me dijeron "tenga cuidado con la falda al probársela no sea que la parta" La falda me quedaba divinamente pero le dije a la dependienta que se la metiese por salva sea la parte.

¿Es mi sino ser siempre una gorda? ¿Si dejo de comer, perderé más peso? Hay cuestiones que me pregunto yo a mí misma.

Soy bulímica reconocida médicamente. Dicen que de la bulimia a la anorexia hay un paso. Yo, he tenido períodos en los que casi no he comido y nadie ha estado pendiente de mí y ¿por qué me rallo tanto?

Voy a parar de escribir porque sigo sin encontrar el fondo de mi alma... sigo buscando, sigo tratando de expresar pero creo que me estoy convirtiendo en piedra y por cierto, dará igual si hay comentarios o no a mi blog, total, no podré leerlos....

En fin... la vida

domingo, 1 de noviembre de 2009

Una vuelta más de tuerca

En fin, que me he puesto manos a la obra. Hoy comencé en el gimnasio y la verdad que no me siento tan ridícula como pensaba que me iba a sentir. Me han prometido que para mañana tendré disponible la ducha y la taquilla para discapacitados y me será más fácil el acceso porque no tendré que bajar escaleras, etc y se me verá menos torpona.

Me ha gustado el entrenamiento. Rubén Noé me ha ayudado mucho, bueno, seguirá ayudándome porque a meter y sacar los clavos esos de las pesas, me cuesta y ver los datos de las máquinas de cardio pues también. En resumidas cuentas, no me veo divina pero comienzo a verme dentro de una normalidad. Calzo botas (por fin me entran con facilidad) y hasta voy elegante cuando me arreglo que, cada vez más lo hago con mucho entusiasmo. Me gusta sentir el glamour del olor de un perfume sobre mi piel y comienzo a sentir de nuevo, las ganas de comprar maquillaje y... 'usarlo!

Cosas que, a cualquier mujer, le parecerá normal. En mi caso, también lo fue en un pasado no tan lejano pero siento que, estoy tomando las riendas de mi vida y aunque con kilos de extra, ya formo parte de la "normalidad" tan ansiada.

Cosas como ir de compras, tomar el metro, dentro de la dificultad y los obstáculos que tengo pero ya no tengo yo la culpa, son causa de mi visión. Rubén me enseña día a día a salvar cada obstáculo y hasta pido MI asiento en los vagones pertinentes, porque si, que me daba mucha vergüenza. La primera vez que me tocó levantar a alguien de los asientos reservados, lloré, ahora bien que si Rubén me llega a advertir que había quien me "miraba raro" levanto a la persona esa :P.

Mañana a la ONCE, tras el gimnasio, a ver a la Trabajadora Social, al Servicio de Afiliados, etc. Será un día duro, lo sé, porque tendré que responder a preguntas que no me apetecen para nada pero tengo que echar mano de las posibilidades que la Organización me presta y pone a mi alcance.

Otro "tironcillo" ha sido admitir que el programa "zoom text" esté en mi pc. Para el que no lo sepa, es un programa que en cierto modo, facilita el poder usar el ordenador a las personas, que, como yo, tenemos un restillo visual ínfimo.

Además de esto, me compraré un bastón. Si, lo necesito para ir más segura y aprender a andar sola por las calles, aunque para las dificultades, siga apoyándome en Rubén Noé que, bendito el día que entró a mi vida, aunque le putee día sí, día no y el de enmedio y no me deje intimidad ni para escribir en mi blog... ¡ainss! es un pesado, jajajaja...

Pronto, tendré a Pablo conmigo, lo presiento. Todo está tomando forma y orden y además tenemos un precioso piso en una preciosa segunda planta sin ascensor que ya no me cuesta subir aunque tengo que bajar con cuidado para no partirme los piños. Rubén dice que del suelo no paso y es verdad pero quiero llegar a una vejez digna, ahora que me estoy arreglando los dientes, no me los voy a dejar hechos cisco.

Que más, qué más... Bueno, no sé, dicen que una imagen vale más que mil palabras pero este programa (zoom text) me impide subir fotos, de modo que en otra ocasión será.

Casi me olvido que, una persona cercana a mí, me escribió un correo el otro día. No lo esperaba, de verdad, vamos, era lo último en la vida que me hubiese imaginado. Gracias nena, porque no sabes la alegría que me has dado. Te echo de menos y, bueno, las cosas pasan, y, ya lo dice el refrán: "agua pasada, no mueve molinos" Lo que siento, que esta persona, lo esté pasando tan mal y le hayan ocurrido cosas que para nadie hubiese querido a pesar de compartirlas, pero la vida tiene eso... alegrías y penas !qué se le va a hacer! y no, nena, no, un "lo siento" ni miles de ellos, amortiguan el dolor, de modo que yo, no lo sentiré porque ya lo sentí en mis carnes también. Tú y yo sabemos....

En fin, el camino es largo y sigo andándolo. Algunas veces, me tienen que llevar de la mano pero por fin, siento bajo mis pies la sensación de estar viva. ¡Soy un crack y ole yo!