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Sutil, y no tan sutil, repaso por algunos pasajes de la vida cotidiana.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Dos gardenias para mí: Feliz excursión al dentista

Cantaba Antonio Machín (muchos, habrán oído a sus abuelos hablar de Machín, incluso, sus canciones)"Dos gardenias para tí, con ellas quiero decir, te quiero, te adoro, mi vida..." Bien, dos lindas de esta hermosa flor, me cayeron la mañana de hace ya ¿Cuántos días? Quizás una semana, no hará más.

No hace demasiado tiempo, acudías a la Consulta del Dentista y le decías: "extraígame tal muela" y él iba y obedecía... o "Hágame un empaste en este diente que se me ha caído" y como mucho, te echaba un vistazo a lo que ya tenía hecho de antes, para ver como iba... pero eso era antes, en la actualidad están las "Corporaciones varias" que te gritan que eso ya pasó a la historia y el que manda, y eso es incuestionable, NO es el cliente.

Se me ocurre la brillante idea de ir a una de estas clínicas, e, inocente de mí, decirle que me extraiga un "raigoncillo" que tengo de una muela partida, para más señas, en la mandíbula superior. Además de esto, tenía algún dolorcillo de esos que te joden la mandíbula inferior... cuestión, que en un decir "amén" me veo en la cabina de la Clínica Dental de al lado de mi casa, haciéndome una radiografía.

"Pasa por aquí" me dice una chica impecablemente uniformada y yo, obediente como yo sola, obedezco. Me veo a mí misma en la "chairslon" dental, boca abierta ("abre grandote" decía la dentista) y yo claro, con la boca como el túnel del tiempo. Ella, relatava al Director del Centro cosas como "implantes capilares frontal derecho en dieciocho" Aquello era como si de pronto, estuviera en Polonia... hablaban castellano, si, pero yo no entendía nada, pero ¡nada! palabras sueltas que enhebradas entre sí, para ellos, parecían tener sentido.

El Director anotaba, no perdía puntada y yo, cuando tomaba aliento decía "¿Pero me vas a extraer el raigoncilo, no?" Nada, ellos me instaban a que me tranquilizara y no sé por qué, me temí que me había metido de lleno en el abismo.

Ahora te ve "Fulanito" (el Dire) que me plantea un presupuesto, perdón, rectifico, UN PRESUPUESTO en mayúscula. Me lo iban a financiar todo ¡qué bien! pero... ¿Tan mal estoy? Pero si yo no soy una abandonada... por lo visto si, se mehabían caído algunos empastes, etc, etc... un caos y yo que me veía una boca divina... eso sí, suculenta financiación al canto y yo, con cara de gilipollas, preguntándome "¿Pero no mandaba el cliente?" ¡Qué ilusa yo! , ¿verdad?

Del raigón no se volvió a hablar pero me dieron cita para el día siguiente, creo que por si me arrepentía. Un Cirujano va y según yo le oía decir, me iba a colocar dos implantes. Todo normal, yo insistía, en que arriba, tenía un raigoncillo que... nada, anestesia al canto... hablaban de unas coronas (¿Me harían reina de algo?) y a implantar... hora y media o algo así transcurrió hasta que salgo con un algodón en cada lado de mi boca, a modo que parecía el amigo inseparable del "Chavo de ocho"

¡Ea! No ha sido nada ¡je! hasta que se me pasó el efecto de la anestesia... DOS GARDENIAS para mí, es lo que me han colocado y desde entonces, comer, beber, etc, se han convertido en una tortura y es que más que comer, comulgo, ya que me veo obligada a deglutir los alimentos casi enteros.

Ahora, la dentista, me ha recetado otro anti-inflamatorio, este con protector de estómago, de modo, que ya no solo me duelen "las dos gardenias" que también me duele el estómago y a todo meter.

¡ME DUELE! y mucho. Me han prometido que, para dentro de unos días "ni los notaré" de modo que para el día 30, tengo cita para colocarme otras "Dos gardenias" digo, implantes. "Hay que sufrir cochura por hermosura" rezaba la cantinela. Fijo que me quedarán al final unos dientes de ensueño y seré la envidia de la Humanidad. Mientras tanto, sigo jodida.

Del raigón, ya hablaremos...¿O tendrán el tema reservado para el próximo debate del Estado de la Nación?

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