Como cada día, veo tu murada y un escalofrío me recorre la espalda. Sí, te amo tanto, tanto, que no hay palabra en el mundo para calificar el amor que siento por tí. Cuando sales, aunque sean cinco minutos para pasear a Darko y a Leo, al volver de la calle, me haces sentir lo mismo, aquella ilusión, aquella fantasía. Mi amor, no solo singue intacto, si no que crece y crece.
Por eso, durante la cena, hoy, he pensado en esta canción y casi he tenido ganas de llorar mientras te miraba. Sí, soy así de boba, ¡qué se le va a hacer!, es lo que tienes.
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