Lucha, mucha lucha. Bienvenida a casa y otros ficheros.

Parece ser, que en esta Santa casa, no hay más narices que "inaugurar" la estancia con una sabrosa factura de veterinario.

Cuando un animalito llega a nuestro hogar, raro sería que no lo hiciese "acompañado" de unos seres invisibles al ojo humano, llamados bacilos, o, bacterias, que se caracterizan por fastidiarnos un poquito la vida (sería tan tranquila sin ellos....) e intentar hacer algo más ricos a los veterinarios que nos rodean.

Naturalmente, "Trufa" no iba a ser menos haciendo acopio de su territorio, y, tras el destete, "alegra" nuestras noches, que ya estaban demasiado tranquilas después de dejar atrás el episodio "beberonil" porque lo que ahora toca, és perder el culo por la fiebre de "la chiquilla", las caquitasde "la chiquilla" y las vomitonas de "la chiquilla y otras lindezas escatológicas de "la chiquilla" amén de preocuparnos por si come... ¡si come...! Esto me hace mucha gracia porque lo que habría que vigilar, sería lo que come... sí, pero ¡de más! que la pobre "chiquilla" no deja de llorar y llorar pidiendo el rico "recovery" que ya pude estar rico, que caro ya lo és.

La joven promesa del "bel canto" felino, se ha levantado unos cuantos euros del ala, suficientes como para hacer aguas a nuestra ya de por sí maltrecha economía. Ya tenemos su primera factura, que, acompañada a su primer informe, abre su primera carpeta (y única, hay una por "rabo").

Ya es oficialmnete de la casa, porque sin carpeta, no llega a ser tan nuestra.¡Suerte, Trufa! Ponte pronto buena, ¿vale?