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Sutil, y no tan sutil, repaso por algunos pasajes de la vida cotidiana.

lunes, 26 de octubre de 2009

Disculpe Vd., Sr. moro

Quizás esta entrada, tenga un tufillo a racismo, pero si, lo soy (racista) ¿qué pasa? máxime cuando entras a un supermercado con tu compra "en condiciones" para mis perros (comida de alta gama, chaquetones, etc) y ves que a causa de un billete de cinco euros, te tachan poco menos de estafadora en potencia.
Esto ocurrió en uno de los supermercados de la cadena "Lidlt" (mejor precio y calidad, jur, jur) en la que entramos en la noche de ayer sábado a hacer una pequeña compra para pasar el fin de semana. Bien vestidos y procedentes de una tienda especialista en artículos para animales, entramos al supermercado en cuestión de nuestro barrio, por cierto de origen humilde y trabajdor pero los comerciantes ya hartos de ser saqueadillos alguna que otra vez.
Nos gastamos alrededor de ciento y pico euros (euro arriba, euro abajo) y, al pagar, como habíamos roto el cerdito, Rubén lo hizo con monedas de un euro peeeeeeeeeeeeero, ´hete aquí que para completar la cantidad, sacó un billete de cinco euros, que, yo, como siempre, no me percaté que la cajera lo pasaba por su escáner y Rubén, que sí que lo vio, pensó que para qué lo hacía, y... ¡sorpresa! era falso.
Sin darle más importancia al asunto que la que tiene, continúo diciendo "Tubén, entonces, en la pizzería, has dado otro con toda seguridad" claro que podría ser que no, bueno, en todo caso, a él se la metieron con queso... Esto a mí, no me pasa, ventajas de ver poco, pero además, era una copia malísima, en papel de folio, vamos, como si fueran fotocopias de billetes de mil quinientas pesetas que dirían los de Gomaespuma.
La crónica, n, no acaba ahí y yo, acostumbrada a llevarme los carros llenos y luego DEVOLVERLOS, tras dejar mi documentación en prenda, alegre,emte. íbamos a hacer lo propio: llevarnos el carro para más tarde ponerlo en su sitio y... aquí empezamos la odisea.
Naturalmente, no caemos, porque somos normales, que, llevamos una lata de comida de perro de las grandes, donde se podía meter cualquier cosa. Pensando más tarde, el mosqueo empezó tras el billete falso porque al salir un moro, sí, moro ¿qué pasa? se viene hacia nosotros y nos dio un golpe al carro, se puso enfurecido y claro, provocó en mí un serio ataque de ansiedad.
Todo era incomprensible. Entro y salgo de los sitios con la normal inocencia del que paga pero tras reflexionar entre los dos, nos tomaron por chusma ladronil y menos mal que no se me ocurrió decir cuando el incidente del billete una de mis bromillas tan simpáticas del tipo "pues para robar me voy al Corte Inglés, que tiene más" (dinero) Si lo llego a decir, me asalta el pelotón chiíta sobre mi cuello.
El incidente acabó con Rubén acojonado porque yo, que peco de prudente, me puse con el moro (se me olvidó que era el "vigilante" modo matón de discoteca) a decirle de todo, pero de todo, todo "moro de mierda,vete a tu país.." porque me dio mucha impotencia de como ejerció su trabajo.
El modo elegante, habría sido, si sospechas algo, llamar a la Autoridad Competente y hacerles saber las sospechas que, tras mirar, habrían sabido que todo, absolutamente TODO, estaba pagado y bien pagado, eso sí, euro a euro, detalle que, pese a beneficiar a la cajera y sus compañeras, no cayó nada bien.
Lástima que no obró como debía, que si no, se le cae el pelo, por eso obran como un asesino a sueldo y, encima por llamarle "moro" ¿Hay que pedirles disculpas? Cierto, mis padres eran emigrantes también. Como él, en un país extranjero, recibieron los "parabienes" de las gentes del lugar pero mis padres, no venían de la Selva, comportándose como salvajes, dando golpes a las cosas de la gente (como a mi carro) Mis padres, eran gente que, como los padres de otros muchos, fueron CON EDUCACIÓN a trabajar a países donde lo que hicieron fue LEVANTARLOS y no comerse el pan nuestro de cada día porque encima, vienen con todo en la vida resuelto, mientras que tú, español de mierda, te quedas sin tus derechos y sin tu pan.
Si ya lo dice el refrán: "De la calle vendrán, que de tu casa te echarán" de modo que, Sr. moro, Sr. paquistaní, Sr. chino que no paga impuestos en toda su vida mientras tenga negocios en españa, total, que para eso estamos los de aquí, para pagar triple y así mantenemos a esta sarta de piltrafas que vienen a quitarnos la comida de nuestra olla y el techo para cobijarnos.
Disculpe Vd., Sr. moro, que se me olvidaba que su vida vale más que la mía.
Un cordial y racista saludo.

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